Hace muchos años que se sabe de la existencia del própolis. Parece ser que los egipcios ya conocían sus virtudes medicinales. Sin embargo, es desde hace poco que esta sustancia que fabrican las abejas se utiliza, en Occidente, en el campo de las medicinas naturistas.
¿QUE ES EL PROPOLIS?
Las abejas recogen resinas y sustancias gomosas de las gemas de los árboles para producir una mezcla enganchosa que utilizan para tapar los agujeros de la colmena o para embalsamar animales que hayan podido entrar por error en su comunidad, como ratones, pájaros e insectos más grandes. Esta sustancia es el própolis. Además de por las resinas vegetales, también está formado por cera y polen. Las abejas mezclan todo esto con sus secreciones glandulares y el resultado es una pasta natural capaz de sellar perfectamente cualquier agujero.
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Justamente, y a pesar de ser una de las sustancias de la colmena más desconocida, el própolis es uno de los productos de las abejas más interesantes desde el punto de vista medicinal. Incluso muchas de sus virtudes aún no se conocen, ya que no ha sido suficientemente estudiado.
Las abejas no sólo utilizan el própolis como una especie de cemento para tapar los agujeros, sino que es usado como un antiséptico capaz de aislar a la colmena de bacterias y virus exteriores. Por eso, lo emplean también para momificar a los animales muertos que, por su volumen, no pueden sacar ellas mismas de la colmena. De esa forma se evita su putrefacción y que los virus afecten a la comunidad.
USO DEL PROPOLIS EN TRATAMIENTOS APITERAPÉUTICOS
El própolis se recomienda en muchos tratamientos apiterapéuticos como desinfectante, anestésico, cicatrizante y antiinflamatorio. Su acción germicida y balsámica es frecuentemente utilizada para combatir diferentes afecciones, como eccemas, herpes, acnés, dermatitis, etc. Los aceites esenciales y las resinas balsámicas que contiene hacen del própolis un producto con propiedades antibacterianas y antifúngicas muy marcadas.
En casos concretos, el própolis combate los catarros, la gripe y las afecciones propias del invierno. No se emplea solamente para la prevención. Si la enfermedad ya ha aparecido, el própolis acelera el proceso de recuperación gracias a su acción antiviral e inmunoestimulante. En este caso, sus propiedades son similares a las de una hierba llamada equinácea, fortalecedora del sistema inmunitario.
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Las propiedades antivíricas del própolis no sólo funcionan cuando de resfriados y gripes se trata. También combate eficazmente el herpes labial, mitiga la erupción y sus molestos efectos.
Los gargarismos, por ejemplo, de própolis disuelto en agua alivian el dolor de garganta, la faringitis y la laringitis.
Este producto también es eficaz cuando los orificios nasales, a causa de resfriados o gripes, se ven obstruidos. Se utiliza, entonces, en forma de solución oleosa.
➡️ El própolis es un brillante aliado de la dermatología. Combate los eccemas y algunas micosis. Tiene acción antimicótica, sobre todo contra el hongo que trae consigo la candidiasis o vaginitis. También se puede usar contra los efectos del acné y para aliviar las molestias de las picaduras de mosquitos.
➡️ Si nos fijáramos en el texto pequeño de algunos cosméticos masculinos para después del afeitado, nos percataríamos de que incluyen pequeñas dosis de própolis. Esto es así porque este producto favorece la cicatrización. Igualmente, resulta útil en quemaduras y úlceras gastroduodenales.
➡️ El própolis se puede administrar sin miedo a los niños. Es un buen preventivo de esas manchas blanquecinas que le aparecen a veces en la boca a los lactantes. También atenúa las irritaciones típicas del pañal.
➡️ El própolis, asimismo, alivia el dolor de muelas. Los enjuagues con própolis son una solución ideal. Se recomienda, además, en los casos de hemorroides.
Los establecimientos de herboristería y herbodietética están surtidos de un buen número de preparados de própolis. Existen en forma de pastillas que se disuelven en la boca, en forma de ampollas (que se suministran por vía oral) y en forma de spray (cuando el própolis se usa para cicatrizar heridas externas).
COMO RECOLECTAR PROPOLIS DE LA COLMENA
La técnica más utilizada para la recolección de própolis consiste en utilizar unas rejas de plástico o de acero inoxidable en la colmena, para que las abejas tapen esos agujeros. Posteriormente, las rejas son tratadas con una mezcla de disolventes que son capaces de extraer los componentes de este magnífico producto procedente de la apicultura.
Los principales componentes que se identifican son: derivados del ácido benzoico, derivados del alcohol y del ácido cinámico, derivados del benzaldehído, compuestos terpénicos y flavonoides.
Se aconseja a aquellos que van a utilizar el própolis por primera vez que depositen un poquito del producto en el hueco del codo. Si al cabo de algunas horas no han habido picores ni enrojecimientos, se puede administrar sin ningún problema. Esta prevención es útil porque, en algún caso, el própolis o propoleo puede producir reacciones alérgicas.
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